Alejandro Rosas Marín
Agosto 12, 2010.
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‘Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y se fusionan’.
François Marie Arouet ‘Voltaire’
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Los jóvenes son un sector mayoritario dentro de la sociedad, muy amplio y muy diverso, por lo que su estudio y atención necesariamente involucra subdivisiones y categorías específicas.
Al ser el joven quien naturalmente observa el porvenir con mayor esperanza, el mayor problema es la falta de certidumbre en el futuro. Hoy en día, lo único seguro es que todo será inseguro; esto sin lugar a dudas es una lástima y es producto de las fallas sistémicas.
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Situación actual de los jóvenes.
Hoy que conmemoramos el Día Internacional de la Juventud, la situación de los jóvenes se presenta, en suma, negativa. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en días pasados señalaba que por primera vez se registran 81 millones de jóvenes desempleados en el mundo, lo cual significa el nivel más alto hasta ahora en este tema, lo peor es que se espera que esta suma siga subiendo.
México cuenta con más de 34 millones de personas de entre 12 y 29 años de edad, como país estamos en uno de los puntos más altos en cuanto a jóvenes se refiere. Sin embargo, también tenemos 14.9 millones de hombres y mujeres jóvenes en pobreza, es decir, poco menos de la mitad de los jóvenes mexicanos viven en estas condiciones; de estos, 3.3 millones se encuentran en condición de pobreza extrema y 12.1 millones son vulnerables por carencias sociales según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Además, ocho millones de jóvenes mexicanos ni estudian ni trabajan, los famosos NiNis (en inglés, No Income No Job or Asset – NINJA). A riesgo de parecer simplista, y aunque la vida no es sólo estudiar o trabajar, estos jóvenes ¿qué proyectos están generando por su comunidad, por sus vecinos, por su familia? No lo sé, pero creo que esta condición más que por una decisión personal, se debe principalmente a fallas sistémicas. Ocho millones de jóvenes, que en general, no tienen los suficientes recursos económicos como para poder mantenerse por sí mismos, incluso se vuelven una carga para su propia familia. La preocupación es que este bono poblacional, al paso al que vamos, se convertirá en un peso económico y en un peso social para el mismo país. Estos jóvenes eventualmente irán creciendo, y sin educación ni experiencia laboral se convertirán en adultos con poca capacitación para realizar un trabajo.
La delincuencia puede significar un medio de dinero fácil que se presenta como una manera de subsistencia. Hay que ver este fenómeno como una consecuencia de males sistémicos y no personales. Esto viene a agravar la situación de estos NiNis, de estos jóvenes mexicanos.
Juventud y pobreza, es una conjugación pésima, el panorama es de lo más complicado. El más grave problema que enfrenta la juventud mexicana es precisamente la incertidumbre, la nula visión de un futuro promisorio. Habrá que recordar que esta visión la comparten en su mayoría jóvenes, adultos y personas de mayor edad, sin embargo suele suceder que entre mayor juventud se tiene muchas más ilusiones respecto al porvenir. Sin embargo con un panorama tan obscuro por delante, es difícil tratar de mantener el optimismo. Esta incertidumbre sobre el futuro genera un sentimiento de pesadez, las expectativas se ven reducidas con el correspondiente impacto en el estado de ánimo. La vida se convierte en el día a día, los planteamientos a mediano y largo plazo desaparecen. El modus vivendi se transforma en una consecución de accidentes y situaciones de las que solamente “se sale al paso” y no de un proyecto de vida. Sin incentivos para poder planear una vida futura desde la juventud lo único que se consigue es que se siga cultivando la cultura de la improvisación. Creo que este es el mayor problema que estamos enfrentando los jóvenes mexicanos hoy en día.
A partir de estas características se desprenden un gran número de problemáticas juveniles que de manera resumida trataré de abordar.
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Los jóvenes y las empresas.
Otra de las barreras que enfrenta la juventud es la representada por la falta de incentivos para innovar y emprender. En México el 90% del total de empresas son pequeñas y medianas, las llamadas PyMES. Sin embargo, de un 100% de nuevas empresas de estas características, solamente el 10% logran sobrevivir el primer año. ¿Qué nos quiere decir esto? Que en nuestro país no existen incentivos necesarios para que un joven emprendedor pueda desarrollar su potencial. No existe una política empresarial agresiva enfocada a los jóvenes, capaz de empoderarlos y de brindarles las herramientas necesarias para invertir, crear y hacer crecer un modo autosuficiente de empleo. A mí no me deja de sorprender que el partido en el gobierno sea incluso deficiente en la definición que se supone su ideología ofrece. Se necesitan políticas públicas que den formas alternativas e innovadores para desarrollar negocios. Estoy seguro que de esos millones de jóvenes mexicanos que no estudian ni trabajan hay una enorme cantidad de talento desaprovechado. Como país estamos desperdiciando nuestras generaciones y no estamos haciendo nada para potenciarlas.
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Los jóvenes y el acceso a la tecnología.
Paradójicamente los jóvenes son los que tienen una mayor curiosidad por las nuevas tecnologías, sin embargo por falta de recursos son los que menos posibilidades de acceso tienen a estas. Existen cafés internet en muchas colonias y mayormente en ciudades, sin embargo hay un abismo entre tener una computadora o incluso un teléfono con acceso a internet que no tenerlo. Los jóvenes a través de redes sociales, este fenómeno que en los últimos años ha tenido tanto auge, facebook, twitter, generan todo un ejercicio de socialización en cuanto noticias, participación, debate e incluso esparcimiento.
Estas nuevas herramientas tecnológicas son parte de un gran fenómeno mundial que ha acercado a las personas unas con otras (aunque también las ha alejado en algunos casos), le ha quitado parte del gran monopolio que los medios de comunicación tienen para informar, pues son en muchos casos los usuarios de facebook o twitter los que últimamente informan y se mantienen informados entre sí. Además, como parte de este mismo fenómeno, el ejercicio de la política ha tenido que descender de la tradicional palestra para debatir y participar con los ciudadanos en este tipo de dinámicas. Hay muchos casos que ejemplifican estos fenómenos: la cobertura ciudadana que se hizo de las elecciones presidenciales en Irán, las elecciones de Barack Obama en Estados Unidos o la reciente participación del candidato presidencial Antanas Mockus en Colombia.
Se dice que las redes sociales han venido a democratizar las arenas del debate y de información pues ahora todos pueden participar, dar su opinión y recibir retroalimentación. Todos aquellos que tiene acceso a internet, solamente. Este es el principal rezago que se presenta; el foro está abierto, pero resulta que la entrada requiere cierto gasto y cierta inversión en infraestructura. Estas condiciones dejan al margen a una gran cantidad de personas y sobre todo a una gran cantidad de jóvenes que ni siquiera pueden ser testigos de estos cambios.
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Educación y la preparación para el empleo.
En cuanto al tema de educación y empleo, de estos millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, existe un gran porcentaje que busca ingresar a los centros de enseñanza pero que simplemente no encuentra lugar. Por ejemplo, a nivel profesional, a penas en el proceso de ingreso pasado de la UNAM, entró el 10% de los que aplicaron. Y no es porque la Universidad haya decidido cerrar espacios, sino porque ese es el límite de aulas y profesores que tiene, es decir de infraestructura. De esta misma forma sucede en muchos otros casos.
Además de esta limitante, paralelamente encontramos recurrentemente la idea de que acceder a un título universitario hará más fáciles las cosas respecto a la consecución de un trabajo. A mí me parece que está sobrevalorada la idea de tener un título profesional, es decir, dentro de una sociedad se necesitan expertos y profesionistas, pero también se necesita mano de obra calificada y el desarrollo de ciertos oficios, los cuales, también creo, están subvalorados.
Una alternativa es la creación de escuelas de oficios, carreras técnicas de calidad. No todos los jóvenes desean tener una licenciatura o una ingeniería; pero todos tienen necesidades de subsistir y muchos de ellos preferirían desarrollarse dignamente con carreras técnicas. Estas escuelas deberían tener certificaciones y aval de la propia Secretaria de Educación Pública o de la UNAM por ejemplo. De lo contrario sucede lo que ha pasado en últimos años cuando un gran número de nuevas universidades comenzaron a ofrecer carreras con baja calidad educativa a altos precios en cuanto costo/beneficio. En el afán de conseguir un título universitario, muchos jóvenes han invertido su tiempo y dinero en este tipo de ofertas.
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Políticas públicas y los jóvenes.
Desde la esfera del gobierno, hay dos grandes formas de visualizar la temática juvenil dentro de la hechura de las políticas públicas:
- Centralizada, con un ministerio o secretaría de Estado, como en el caso de República Dominicana, Costa Rica, Japón, Australia o Alemania, que atiende toda la temática juvenil desde una oficina y que se vincula con las demás organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
- Transversal, cuando dentro de todas y cada una de las dependencias de gobierno se incluye la problemática específica de los jóvenes; de tal forma que en lo particular de cada una de las ramas de gobierno está incluida la parte juvenil.
Ambas presentan una serie de ventajas y desventajas. En la primer forma, la centralizada, se articula en un solo organismo toda la problemática y las posibles soluciones a la temática juvenil. Estas entidades forzosamente se vinculan con todas las demás organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil para poder funcionar.
La segunda, la transversal, camina (o debería hacerlo) a lo largo de todo el aparato de gobierno. Casi cualquier política pública de cualquier tema debería tomar en cuenta, de manera importante, el enfoque juvenil. Entre las desventajas, esta segunda forma puede propiciar que no se preste suficiente atención a los jóvenes al no haber un solo organismo responsable que empuje hacia ese lado, diluyendo el tema.
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Palabras finales.
Los jóvenes no debemos de claudicar, debemos seguir esforzándonos por prepararnos académicamente y por tratar de capacitarnos para hacer lo que más nos guste. Soy un convencido de que las personas se desarrollan y desarrollan su trabajo de una manera óptima cuando hacen lo que realmente les satisface. Habrá que buscar las formas en las que mejor nos identifiquemos con cierto oficio, cierta labor que sea la que más complazca, de otra manera, además de que no está garantizado el sustento, no habrá satisfacción personal.
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Toluca, Estado de México.
speculari 